Navidad 2004
Después de un año con bastantes incidencias, los nietos de Nicolás Elórtegui Gambe y María Zárraga Torróntegui decidimos que hacía demasiado tiempo que no nos veíamos.
Para remediarlo, quedamos a comer en Burgos el domingo 26 de diciembre.
Estuvimos atinados :-)
Ya la tarde anterior la foto del Meteosat era bastante peculiar:
(pinchar para ampliar) | Obsérvese el bonito pasillo norte-sur en el que un chorro de aire polar había despejado de nubes el camino desde el Polo Norte hasta la Península Ibérica. |
El viaje desde Madrid
En la salida de Madrid, los paneles informativos de la M-40 indicaban el uso obligatorio de cadenas desde el Km 202. En casa de Eduardo y en la de Arantxa los coches ya iban cubiertos de nieve:
Al llegar al km 210 este era el panorama:
Eduardo y Arantxa, con el 4x4, lograron llegar sin mucho problema a media tarde a Burgos, pero el otro coche se quedó atrapado en el atasco que se formó después de Lerma, lleno de coches que no llevaban cadenas y que se quedaban atrapados en una pendiente helada de la carretera a unos 10 km de Lerma.
Tras siete horas de atasco, conseguimos salir por nuestros propios medios: con cadenas en las ruedas y el "superbuga" de Lander, llegamos a Burgos sobre las 20h.
El viaje desde Bilbao
Desde Bilbao había que cruzar el norte de Burgos, que estaba bastante mal en la zona de Briviesca. Emilio y Mirentxu llegaron los primeros al lugar de la cita, que a media mañana ya tenía este aspecto.
Emilio y Mirentxu se lo tomaron con paciencia y empezaron las rondas de llamadas telefónicas con las preguntas del día: "¿Dónde estáis?" y "¿Conseguiréis llegar?" |
Con algunas dificultades más, el resto de la expedición de Bilbao llegó a primera hora de la tarde con Begoña, Imanol e Idoia.
Lo que sucedió en Burgos
La entrada a Burgos fue gloriosa.
Una vez dentro de la ciudad, nos pusimos a cubierto en cuanto pudimos. Por suerte, los que habían llegado antes nos habían solucionado el alojamiento y pudimos dormir en cama y con ducha. Muchos no pudieron.
(pinchar para ampliar)
Al fin a cubierto |
(pinchar para ampliar)
Los coches eran inidentificables |
Y, por fin, los primos nos reencontramos.
¿Qué hacemos los Elórtegui en estos casos? Irnos a comer, evidentemente.
Lo que iba a ser una comida se convirtió en cena y desayuno. Al mal tiempo, buena cara y nos lo pasamos de miedo. Todos teníamos muchísimas cosas que contarnos y nos pisábamos la palabra. El ambiente, fenomenal.
Mientras, fuera, seguía nevando.
A la salida, paseo por Burgos bajo la nieve, que estos cuerpos aguantan lo que les echen.
Panorámica desde el hotel |
|||
Itxu y Alberto tuvieron nieve para una buena temporada |
El coche de Eduardo también se enterró rápidamente |
A la mañana siguiente amaneció despejado, azul y helado.
Desayuno colectivo y a rescatar los coches para intentar volver a casa.
Y aprovechamos la luz para hacer la foto oficial de la reunión:
En pie, de izquierda a derecha, Begoña, Alejandro, Emilio y Julia. Agachados, de izquierda a derecha, Nicolás, Imanol, Eduardo, Idoia, Arantxa y Miren. (pinchar para ampliar) |
|
El camino de vuelta hacia Bilbao
La salida de Burgos era una sucesión de postales navideñas: calles nevadas por todas partes y campos blancos inmaculados.
En una parada en el camino, la expedición de Bilbao se hizo la foto de despedida. Todos felices.
Begoña, Mirentxu, Idoia e Imanol |
Mirentxu, Imanol, Emilio e Idoia |
El camino de vuelta hacia Madrid
Aunque las noticias no estaban claras, nos pusimos en camino. Tras salir de Burgos, el camino de Madrid estaba perfectamente despejado y pudimos disfrutar de los paisajes de Castilla nevados. Y de unos bocatas de chorizo y unas pastas que supieron a gloria.
A media tarde todos habíamos llegado a destino tanto en Bilbao como en Madrid.
Y, sinceramente, a todos nos había quedado un estupendo sabor de boca. Ya hay otra peripecia que añadir a la historia familiar.
Repetiremos, se ponga la nieve como se ponga.